CONVOCANDO AL NAVEGADOR DE LA TOTALIDAD
Estudiante: ¿Es Dios un ser físico?
Maestro: ¿Lo eres tú?
Estudiante: Por su puesto.
Maestro: ¿Entonces no es razonable que Dios también lo sea?
Estudiante: No lo sé...
Maestro: ¿Puede un hombre muerto gobernar una ciudad?
Estudiante: No.
Maestro: ¿Entonces cómo la Primera Fuente gobierna el Gran Universo que es –en su expresión más tosca –una manifestación física?
Estudiante: ¿La Primera Fuente habita un cuerpo como tú y yo?
Maestro: ¿Puede alguna persona sobre la Tierra crear algo más magnífico que su instrumento humano?
Estudiante: No puedo pensar en un ejemplo.
Maestro: ¿Entonces, dentro de este mundo, el instrumento humano es la más alta expresión de materialidad?
Estudiante: Creo que si.
Maestro: Y cualquier cosa que un humano produzca, su creación es menos magnífica de lo que sea.
Estudiante: A menos que sea un hijo.
Maestro: ¿Y quién es el hijo de la Primera Fuente?
Estudiante: Nosotros.
Maestro: No. Los humanos están miles de generaciones alejadas de la Primera Fuente. ¿Quién fue el hijo original o primera creación de Dios?
Estudiante: No lo sé. ¿La Inteligencia de la Fuente o Espíritu?
Maestro: La Inteligencia de la Fuente no es una creación de Dios; es la movilidad y presencia de Dios.
Estudiante: Entonces me temo que no lo sé.
Maestro: Cuando una nube emerge del cielo azul, hay condiciones específicas que crean la nube. Aparece en el cielo, pero no se parece al cielo en color, escala, textura o alcance. ¿Y pese a ello, no es acaso veraz decir que la nube fue un hijo del cielo?
Estudiante: ¿Supongo, pero qué tiene que ver esto con el cuerpo físico de Dios?
Maestro: Piensa en la Primera Fuente como el cielo, y el cuerpo físico de la Primera Fuente como la nube.
Estudiante: ¿Entonces, el primer hijo de Dios fue el cuerpo físico de Dios?
Maestro: Si.
Estudiante: La Primera fuente creó las condiciones por las que su contraparte física pudiera manifestarse para gobernar el universo físico. ¿Entonces qué vino primero, el universo físico o la expresión física de Dios?
Maestro: ¿Eliges un presidente antes de tener una nación?
Estudiante: Está bien, veo tu idea. ¿Es verdad que hemos sido creados a la imagen de Dios?
Maestro: Hay arquetipos genéticos que residen dentro de la manifestación física de Dios, y estos arquetipos son siete.
Estudiante: ¿Entonces hay siete manifestaciones de Dios? ¿Son todas físicas?
Maestro: Pueden ser convocadas físicamente a voluntad, pero Dios aparece a cada una de estas siete descendencias en la forma en que lo reconozcan como su padre.
Estudiante: ¿Te estas refiriendo a las siete razas raíz de la Tierra?
Maestro: No. Las siete razas de la humanidad son parte de la línea genética más antigua del universo en el que la Tierra es un componente infinitesimal. Me estoy refiriendo a los siete arquetipos genéticos que residen dentro de las Siete Tribus de Luz que se conocen como la Raza Central. Algunas veces se refieren a ellos como los Elohim, Los que Brillan, o los Creadores de Alas.
Estudiante: ¿Y estas diciendo que estos seres están separados en siete, grupos genéticos?
Maestro: El Gran Universo consiste de siete universos, y cada uno de ellos converge en la región más central del Gran Universo. Es dentro de esta región que viven las siete, manifestaciones de la Primera Fuente, cada una es un arquetipo del instrumento humano diseñado por el universo de su destino.
Estudiante: ¿Estás diciendo que hay siete versiones de Dios?
Maestro: Hay un solo Dios, pero hay siete instrumentos humanos –cada uno con diferentes atributos y capacidades— que el Dios único habita. Nuestro universo está asociado con el séptimo arquetipo, y es esta expresión de la Primera Fuente la que interactúa con y gobierna, nuestro universo.
Estudiante: ¿Son todos los siete universos como el nuestro?
Maestro: Los mundos físicos son parecidos respecto a todo lo material, pero las formas de vida que los habitan poseen diferentes capacidades genéticas, formas y expresiones, cada una basada en el arquetipo de la Primera Fuente.
Estudiante: ¿Un instrumento humano del universo “uno” no sería similar a un instrumento humano de cualquiera de los otros seis universos?
Maestro: Correcto.
Estudiante: ¿Pero no es eso cierto incluso dentro de nuestro universo? ¿No todas las formas humanoides tienen una apariencia igual?
Maestro: Esto no es un asunto de apariencia. Tú eres un 99% idéntico –hablando genéticamente—a un chimpancé y pese a ello indudablemente te consideras bastante diferente en apariencia.
Estudiante: ¿Lo que estás diciendo entonces es que todas las formas de vida humanoides, sin importar donde están ubicadas dentro de nuestro universo, están genéticamente vinculadas al Séptimo Arquetipo de la Primera Fuente?
Maestro: Correcto. Pero puedes extender esto para incluir un amplio espectro de otras formas de vida también. En otras palabras, no es sólo el instrumento humano.
Estudiante: Entonces en los otros seis universos, cada uno tiene su propio arquetipo que está encarnado por Dios, y las formas de vida de estos universos se amoldan a este arquetipo, al menos desde una perspectiva genética, si no en apariencia. ¿Es esto correcto?
Maestro: Si.
Estudiante: Entonces la pregunta obvia es ¿por qué? ¿Por qué la primera Fuente se divide a sí misma en siete universos genéticos?
Maestro: Cuando abordas un misterio vasto, un misterio tan infinito como el Gran Universo, ¿qué desearías tú, como creador, por encima de todas las otras cosas?
Estudiante: Asegurarme que el universo no será destruido.
Maestro: Asume que no tienes duda de ello, tan perfecto es tu plan.
Estudiante: Entonces probablemente querría habitar lo que he creado y explorarlo.
Maestro: ¿Y cómo lo harías?
Estudiante: Necesitaría viajar de alguna manera.
Maestro: Asume que eres el Séptimo Arquetipo de la Primera Fuente. Estás solo en tu universo, y el universo está poblado sólo por cuerpos celestes. No hay formas de vida sensitivas y no hay métodos de viaje.
Estudiante: ¿Pero no es para eso que está la Inteligencia Fuente? ¿La Primera Fuente no utiliza la Inteligencia Fuente para su viaje de omnipresencia?
Maestro: Déjame recordarte que estamos discutiendo la expresión física de Dios. El Séptimo Arquetipo de la Primera Fuente no es capaz de viajar por el universo independiente de las leyes del universo. Debes pensar en estos siete Arquetipos como los Instrumentos Humanos de la Primera Fuente, y atribuirles características similares y limitaciones, como debemos soportar nosotros mismos.
Estudiante: ¿Entonces, los arquetipos físicos de la Primera Fuente no comparten la omnipresencia y omnisciencia de su Padre?
Maestro: No lo hacen.
Estudiante: ¿Operan como un equipo o son independientes?
Maestro: Operan en colaboración y cooperación, pero ejercitan sus voluntades soberanas en lo que corresponde al universo bajo su cargo.
Estudiante: ¿Fueron los arquetipos de la Primera Fuente creados justo después del Gran Universo?
Maestro: Fueron creados en sucesión, del mismo modo en que una familia es creada.
Estudiante: ¿Por qué?
Maestro: Hay mucho que aprender de la creación de uno que puede ser pasado al próximo.
Estudiante: Quiero ver si entiendo esto correctamente. En algún punto en el tiempo había un Gran Universo creado por la Primera Fuente, consistente en siete universos, cada uno gobernado por una expresión física de la Primera Fuente. Los universos carecían de vida, otra que cuerpos celestes como estrellas y planetas. ¿Es correcto hasta aquí?
Maestro: Si.
Estudiante: Y después la creación de la vida ocurrió. ¿Cómo?
Maestro: El Primer Arquetipo de la Primera Fuente creó formas de vida, lo que deberíamos llamar, la Raza Central del Primer Universo. Estos seres eran muy poderosos y no diferentes a su creador en función y forma. Ellos, a su vez, crearon las estructuras genéticas que se convirtieron en los primeros contenedores de almas físicos puros, que albergaron las energías espirituales individualizadas de la Primera Fuente.
Estudiante: ¿Y esto se repitió una y otra vez seis veces más?
Maestro: Cada universo fue poblado con estructuras genéticas que estaban basadas en el Arquetipo de la Primera Fuente para ese universo en particular. Cada estructura genética tenía capacidades únicas que fueron adecuadas para la exploración y colonización de su universo particular.
Estudiante: Entonces, hay siete estructuras genéticas diferentes de portadores de almas explorando el Gran Universo. ¿Por qué razón? ¿Por qué la Primera Fuente diseñó el universo de este modo?
Maestro: El Gran Universo es una vasta red de planetas sustentadores de vida que permiten a la conciencia espiritual individualizada, albergada dentro de un portador de alma o instrumento humano, interactuar con las limitaciones que los mundos físicos –por su estructura misma— imponen. Al interactuar con estas limitaciones, la estructura genética evoluciona, se unifica.
Estudiante: ¿Estás diciendo que la forma evolutiva final es la Unidad?
Maestro: No en todas las especies, sino en los formatos más avanzados de la existencia física, la unidad es el resultado de la evolución.
Estudiante: ¿Por qué?
Maestro: Cuando creas algo que es a tu imagen, ¿cuál crees que es la cosa más difícil de hacer?
Estudiante: ¿Dejarlo ir?
Maestro: Correcto. Quieres que tu creación explore y colonice el universo, pero también quieres que tu creación regrese. Así, implantas un instinto fundamental dentro de tu creación para desear volver a su lugar de origen. Este es el instinto de unificación y es uno de los más poderosos instintos diseñados dentro de los portadores de almas, por lo que es un instinto del instrumento humano.
Estudiante: Entonces los portadores de almas como los humanos, existen a lo largo del Gran Universo, y todos ellos fueron diseñados para explorar y expandir el Universo, aunque también para volver a la región más íntima después de que terminen. Esto no tiene mucho sentido.
Maestro: No son los portadores de almas los que regresan. Estos son vehículos basados en lo físico que, como toda la materia física, decae y se transforma. Sólo el Navegador de la Totalidad dentro del portador de alma ni decae ni se transforma. Permanece por siempre, y dentro de este elemento específico de la humanidad, está diseñado para volver a sus orígenes.
Estudiante: ¿Dónde establece uno los límites entre la Primera Fuente y otras formas de vida?
Maestro: ¿Qué tratas de decir con eso?
Estudiante: ¿Están los Arquetipos de la Primera Fuente separados de la Primera Fuente?
En otras palabras, ¿tienen su propia identidad o se auto-identifican a sí mismos como la Primera Fuente? Del mismo modo, ¿qué me dices de la Raza Central?
Maestro: Hay cinco anillos de vida que comprenden a la Primera Fuente. En el centro está la conciencia de la Primera Fuente. En el todo está la Inteligencia Fuente. En medio hay tres anillos de vida: los siete Arquetipos de la Primera Fuente, la Raza Central y la esencia-espíritu individualizada o Navegador de la Totalidad.
Estudiante: ¿Y cada uno de estos anillos de vida obtiene su identidad de la Primera Fuente?
Maestro: Si.
Estudiante: ¿Lo que estás diciendo realmente es que estas formas de vida están hilvanadas juntas como una sola conciencia?
Maestro: No más que una familia es una sola conciencia.
Estudiante: ¿Están separados?
Maestro: Están ellos tanto separados y unificados.
Estudiante: ¿Cómo?
Maestro: Los cinco anillos de vida son distintas formas de conciencia. En el estado informe, cada anillo de vida es consciente de su unidad, propósito y parentesco inherente con los otros. En los reinos físicos, donde la conciencia está expresada a través de portadores de alma dimensionalmente enfocados, tienen una conciencia disminuida de esta conexión. De este modo, están tanto separados como unificados, dependiendo sobre cuál estrato de conciencia esté focalizada la entidad.
Estudiante: ¿Estás diciendo entonces que incluso los siete Arquetipos de la Primera Fuente, desde que tienen un cuerpo físico, operan en un mundo tridimensional sin un fuerte sentido de conexión con la Primera Fuente? Difícilmente parece posible.
Maestro: Nadie dentro de la Raza Central pretende saber el grado en el cuál los Arquetipos de la Primera Fuente tienen una disminuida capacidad de recordar su vibración Fuente. Sin embargo, aquellos dentro de la Raza Central están bien conscientes de cómo los portadores de almas de sustancia tridimensional, crean las condiciones de separación en la cual el recuerdo divino es reducido a tal grado, que la entidad se aprecia a sí misma como separada de la Primera Fuente, y por ello de sus capacidades.
Estudiante: ¿Separada de las capacidades de la Primera Fuente?
Maestro: Si tú crees ser una hormiga, ¿cómo te comportas? ¿diferentemente que un águila?
Estudiante: Pero una hormiga no es un águila.
Maestro: Pero el Navegador de la Totalidad es la Primera Fuente. Si la hormiga fuera un águila, en cada aspecto excepto en forma, pero asociara sus capacidades con aquellas de una hormiga, el águila lentamente perdería su habilidad de volar, su entero cuerpo físico, mente y estructura emocional cambiaría. Su portador de alma literalmente involucionaría.
Estudiante: ¿Nuestros cuerpos causan que nuestras almas involucionen?
Maestro: No. Nuestro sentido de separación con nuestra vibración Fuente causa que nuestro instrumento humano permanezca involucionado. La involución ya ha sucedido, meramente se perpetúa.
Estudiante: ¿Entonces la meta es despertar esta vibración Fuente y empezar a re-asociarse con esta divinidad, esto es lo que causa que el instrumento humano evolucione en la dirección del Navegador de la Totalidad?
Maestro: ¿Si vas a encender un fuego, qué necesitas?
Estudiante: Madera seca, encendedor y mucho trabajo generando suficiente calor para arder el encendedor.
Maestro: ¿Y cuál es el más crítico de todos?
Estudiante: Supongo que el encendedor.
Maestro: ¿Puedes encender un fuego sin alguno de los elementos?
Estudiante: No.
Maestro: ¿Estás seguro?
Estudiante: Bueno, puedo empezar un fuego con el encendedor, pero sin la madera seca, no duraría mucho tiempo.
Maestro: ¿No son todos críticos entonces?
Estudiante: Si.
Maestro: ¿Y si tuvieras todos los componentes críticos para empezar un fuego, pero no tuvieras experiencia, serías capaz de producir fuego?
Estudiante: Probablemente no.
Maestro: Quizás ni siquiera sabrías, si alguien te diera todos estos elementos, que su propósito era crear un fuego. ¿Correcto?
Estudiante: Correcto.
Maestro: Entonces podemos añadir conocimiento experimental como un componente crítico.
Estudiante: Si.
Maestro: ¿Y qué tal si no viera la necesidad de hacer un fuego?
Estudiante: Está bien, entonces también necesitas una razón o deseo.
Maestro: Sí. El deseo y propósito son críticos.
Estudiante: Está bien, estoy de acuerdo, podemos agregar eso a nuestra creciente lista.
Maestro: ¿Y si estuviéramos afuera y estuviera lloviendo y nuestro encendedor se mojara?
Estudiante: Entiendo, las condiciones deben ser las correctas.
Maestro: ¿Así que las condiciones son importantes también?
Estudiante: ¿Si, pero a dónde vas con todo esto? No entiendo cómo se aplica esto a mi pregunta acerca de qué causa que el Navegador de la Totalidad evolucione.
Maestro: Simplificas tu pregunta al extremo. Las ecuaciones de la evolución son tan complejas que son invisibles a la mente del instrumento humano. No es meramente la re-asociación con la vibración Fuente o fragmento Divino lo que atrae al Navegador de la Totalidad a su divinidad y recuperar sus capacidades como una réplica de la Primera Fuente. Esta ecuación lleva miles de miles de elementos críticos, atados en un sendero coherente y cuidadosamente orquestado. Quería recordarte esto.
Estudiante: ¿Pero no es necesario simplificar para acercarse al objetivo? ¿Cómo puede cualquiera dar, a todos estos factores, el mismo peso y aún así tener una discusión inteligente?
Maestro: Ese es mi punto. No puedes.
Estudiante: ¿Así que no podemos discutir esto?
Maestro: No, no con algún grado de precisión. Los circuitos evolutivos dependen de sistemas complejos, y estos sistemas son tan vastos y multifacéticos que las palabras, cuando se aplican para describirlos, solo sirven para traer un enfoque sobre un elemento y este elemento no es nunca, en sí mismo, suficientemente poderoso para catalizar o movilizar el sendero evolutivo.
Estudiante: ¿Entonces qué lo hace?
Maestro: Si tú tuvieras una amiga mágica que fuera infalible en sus juicios. Perfecta en sus discusiones, porque ella viera claro el destino de la Primera Fuente y por ello supiera cómo viajar por este paisaje para alcanzar su reunión con Dios. ¿Qué harías con esta amiga?
Estudiante: Yo la escucharía. Le pediría guía y dirección. La seguiría tan cerca detrás de ella como pudiera.
Maestro: ¿Incluso si te condujera a un acantilado y saltara?
Estudiante: Bueno, si realmente creyera que tiene este juicio infalible como lo pusiste, si, incluso si saltara del acantilado. De alguna manera confiaría que estaría bien si la sigo.
Maestro: ¿Qué tal si no supiera que la estás siguiendo y tiene capacidades que tú no tienes? En este ejemplo, ella podría volar pero tú no.
Estudiante: Supongo que habría cometido un terrible error en seguirla, y moriría como resultado.
Maestro: Así que el juicio de tu amiga, pese a ser infalible para ella, te condujo a tu propia destrucción.
Estudiante: Si.
Maestro: ¿Entonces a quién le ofreces tu confianza?
Estudiante: A mí mismo.
Maestro: ¿Y por qué?
Estudiante: Porque conozco mis propias limitaciones.
Maestro: ¿Entonces cuál crees que es el factor activador para el sendero evolutivo de uno hacia el Navegador de la Totalidad y Unidad?
Estudiante: ¿Te refieres a que si lo pudiera resumir en un solo concepto –a pesar de haberme mostrado antes que no puede ser hecho?
Maestro: Estas aprendiendo muy bien.
Estudiante: Sería confiar en mí mismo.
Maestro: ¿Qué parte de ti mismo?
Estudiante: El Alma.
Maestro: ¿Y no el portador?
Estudiante: Está bien, necesitaría confiar en mí totalmente.
Maestro: Confía en las partes y en el todo. Confía en la conexión de esto con la Primera Fuente. Confía en el fragmento de Dios que orquesta toda esta complejidad en una experiencia coherente y conocimiento que asegura la remembranza de tu divinidad. Confía en el proceso evolutivo definido por la Primera Fuente. Confía en cada uno de estos que están por encima de las voces externas que te encuentras, sin importar cuán infalibles puedan parecer. Confía en su propio saber y en su habilidad para guiarte en la ascendente espiral de tu viaje.
Estudiante: ¿Aunque sea tan sólo un estudiante?
Maestro: ¿No somos todos estudiantes?
Estudiante: Pero están aquellos que saben más que yo. No siento que yo sepa tanto como para confiar en mí mismo. ¿Cómo puedo superar esta duda en mí mismo?
Maestro: No se trata de superar algo. Si lo fuera, ¿requerirías entonces de confianza?
Estudiante: Supongo que no.
Maestro: Cuando te enfrentas a las diferencias más finas de un concepto, invariablemente llegas a una pared que define los límites de tu memoria o experiencia. Cuando encuentras esta pared, no hay nada malo en buscar ayuda de otros, pero recuerda que tú eres la entidad que es más consciente de tus propias necesidades. La pared que tú encuentres puede ser precisamente lo que necesites en ese momento.
Estudiante: Entonces parece que necesito hacerme más consciente de mis propios intereses y necesidades.
Maestro: Las necesidades que tienes son las que alimentan tu evolución como Soberano Integral. Si tienes hambre, tu estómago te lo recordará. Si estás cansado, bostezarás y tus párpados se pondrán insoportablemente pesados. ¿Cuál es el equivalente para tu evolución como un Soberano Integral?
Estudiante: Es una pregunta interesante. No lo sé.
Maestro: ¿Qué te lleva a buscar a tu ser superior?
Estudiante: Supongo que son preguntas no respondidas aún. No saber quién soy, a dónde voy o por qué estoy acá.
Maestro: ¿En serio? ¿Preguntas sin responder te conducen hacia tus propios intereses superiores?
Estudiante: Puedo decir por tu pregunta que respondí mal. ¿Qué es entonces?
Maestro: ¡Es la inspiración! La Inspiración de los maestros espirituales que vinieron antes que tú. Inspiración de la naturaleza. Inspiración del arte. Pero más importante, es la inspiración que entra del mundo del Navegador de la Totalidad de tu interior, en tu instrumento humano y luego incansablemente enciende tu deseo de recordar la realidad del fragmento de Dios almacenado dentro de ti.
Estudiante: ¿Cómo reconozco esta inspiración?
Maestro: No es importante reconocerla. Solo importa que la sientas y des la bienvenida a su presencia porque es así como desarrollas auto-confianza y auto-conocimiento.
Estudiante: ¿Hay técnicas para lograr esto?
Maestro: Por supuesto.
Estudiante: ¿Cuáles son?
Maestro: ¿Tú aún no las has inventado?
Estudiante: Pensé que conocerías algunas que podrías compartir.
Maestro: Conozco las mías propias. No conozco las tuyas.
Estudiante: ¿Son diferentes para cada uno?
Maestro: No lo sé.
Estudiante: ¿Cómo creaste tus propias técnicas?
Maestro: ¿Si quieres establecer una relación con alguien a quien quieres conocer, cuáles serían algunas de las cosas que harías?
Estudiante: Quizás los invitaría a establecer una conversación en el té, o posiblemente les escriba una carta introductoria describiendo mi deseo de conocerlos.
Maestro: ¿Y si ellos no responden?
Estudiante: Probablemente asumiría que están muy ocupados, o más bien, no están interesados en conocerme.
Maestro: Entonces ese es el problema.
Estudiante: ¿Cuál?
Maestro: El instrumento humano desiste muy fácilmente, si acaso invitan al Navegador de la Totalidad dentro de su reino.
Estudiante: Creo que todos somos sensibles al rechazo.
Maestro: ¿Crees que es posible ser rechazado por los instrumentos divinos de la Primera Fuente?
Estudiante: Nunca lo pensé antes. ¿Quizás?
Maestro: No es posible. Los instrumentos divinos de la Primera Fuente están siempre atentos a las oraciones sinceras, y nunca rechazan la oferta de extender su presencia dentro del instrumento humano de una entidad que desea ascender en conciencia. Esta es una ley inmutable del universo.
Estudiante: ¿Hay alguna otra mejor manera de extender esta invitación que simplemente pedirla en oración?
Maestro: No son tus palabras las que serán escuchadas. Son tus sentimientos y la pureza de su motivación. Puedes estar borracho de vino y jurar en tu voz más alta, pero si tus sentimientos más íntimos fuesen puros, sinceros, humildes y motivados por el amor, tu invitación sería contestada. En contraste, podrías estar meditando durante días, esforzándote por ser de carácter perfecto y pidiendo en el más tranquilo susurro de una mente clara, pero si fuiste contaminado por las motivaciones de honor y orgullo, tu invitación muy probablemente podría ser declinada.
Estudiante: ¿Por qué al Navegador de la Totalidad, o a cualquier otro instrumento de la Primera Fuente le importaría?
Maestro: ¿Por qué te importa si la comida que comes es servida en un plato limpio o en un suelo sucio?
Estudiante: No entiendo la comparación.
Maestro: El instrumento humano es una vasija o portador de alma. Sobre tu planeta, alberga el más puro y perfecto instrumento de la Primera Fuente: el Navegador de la Totalidad. Si el instrumento humano es impuro con pensamientos de materialismo, motivaciones de auto engrandecimiento o acciones de odio, eso hace al portador de alma menos receptivo a las vibraciones del Navegador de la Totalidad. En algunos casos, el Navegador de la Totalidad, si entra en semejante vasija y ofrece sus capacidades, estas mismas capacidades se corrompen por propósitos egoístas.
Estudiante: ¿Así que el Navegador de la Totalidad no quiere que sus capacidades sean contaminadas por un portador de alma impuro?
Maestro: Eso es parcialmente cierto, pero se trata más que el fragmento divino de tu interior elige exponer sus energías a un instrumento humano que lo ha invitado a compartir su visión y entendimiento. Una vez que es invitado, supervisará las respuestas del instrumento humano a su presencia. Si las invitaciones son repetidamente extendidas, el Fragmento de Dios continuará materializándose como una conciencia infundida, conducida por el espíritu que dirige al instrumento humano en su misión terrenal.
Estudiante: Suena como si el fragmento de Dios tomara el control. ¿Es así?
Maestro: El Fragmento de Dios inyecta perspectiva divina al instrumento humano. Eso permite al portador de alma convertirse en la visión del alma al servicio de la Primera Fuente. Al hacerlo, el instrumento humano es transformado.
Estudiante: Entiendo. Creo que necesito algún tiempo para poder ordenar todo esto. Gracias por compartir tu perspectiva y por ayudarme con mi entendimiento.